Nuestro país lleva más de 13 años de sequía con consecuencias devastadoras para varias regiones que se encuentran en emergencia agrícola y que han visto cómo se han secado lagos por completo o sufren el racionamiento del agua de consumo diario.
La crisis hídrica no se ha debido solo al cambio climático – que ya es por acción humana - sino también por la redistribución del elemento a empresas de distintos rubros.
¿Ha fallado la fiscalización? ¿Es necesario cambiar la normativa vigente? Para el académico del Instituto de Geografía de la Universidad Católica de Valparaíso, Ariel Muñoz, “la distribución del agua ha generado una inequidad muy grande en los territorios que a su vez ha agravado los conflictos por aguas".
"Para eso hay que volver a pensar en la distribución del agua. No podemos pensar que lo que ya está distribuido ya está, veamos qué se hace con el resto, porque en mucho lugares no hay un resto".
Para el Investigador del Centro de Acción Climática, si bien la que vivimos es la sequía más cruda que se ha tenido en la historia, esta podría ser una buena oportunidad para prepararnos a lo que probablemente sea el clima del futuro.
“Todavía Chile no está planificando la adaptación al cambio climático. Los cambios estructurales que nos van a ayudar a no sobregirarnos ecológicamente de aquí a 10, 20, 50 años, cuando las condiciones posiblemente de población sean mayores y tengamos menos precipitación, entonces tenemos que prepararnos para eso".
"Y esta gran sequía también puede ser una oportunidad para ello. Estamos experimentando lo que podría ser el clima del futuro permanente”.
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